2017/12/21

Juan Manuel Santos cuenta cómo crearon el sistema privado de pensiones en Colombia

Del sitio web donde José Piñera muestra su obra, algo que escribió para homenajearlo en 2010 [no es claro cuándo: ¿quizás en 1996-1997? Gracias al Juglar del Zipa por su anotación] el hoy presidente Santos sobre la creación del sistema pensional. No encontré versión original en castellano, así que le hice una rápida traducción en Google.



Cómo creamos con José Piñera el sistema privado de pensiones en Colombia


Por Juan Manuel Santos (Candidato presidencial 2010, ex secretario de Defensa del presidente Uribe y ex secretario de Comercio del presidente Gaviria).


 En marzo de 1990, cerca del final de la campaña electoral en Perú para suceder a Alan García, tuvo lugar un importante foro en Lima. Fue organizado por el "Movimiento Libertad" y liderado por su candidato presidencial Mario Vargas Llosa.

En esa ocasión tuve mi primer contacto con José Piñera. Me impresionó mucho escuchar su discurso explicando la experiencia de la Reforma de Pensiones de 1980 en Chile. Aprecié la lógica de sus propuestas para enfrentar el problema de la deuda de pensiones, que en ese momento apenas comenzaba a discutirse en Colombia, y casi exclusivamente en círculos académicos. Pero, sobre todo, los resultados de la reforma chilena que presentó Piñera me llamaron la atención. Los fondos de pensiones eran para entonces el principal factor en la recuperación del ahorro en ese país y estaban dinamizando el mercado nacional de capitales.

Pero no fue hasta más tarde, cuando visité Chile, que pude apreciar el impacto total de la reforma. Los taxistas de Santiago me mostrarían su libreta de fondos de pensiones privadas y mostrarían orgullosamente sus libretas de cuentas de jubilación en el sistema privado de pensiones. Lo demostraron como un logro personal y prestaron atención al desempeño del fondo. Estaba seguro de que si le preguntaba a un taxista de Colombia por su pensión, seguramente se quejaría de las colas y las demoras, ¡y solo si tuviera la suerte de encontrar un taxista que tuviera un plan de pensiones, para empezar!

Meses después, César Gaviria fue elegido nuevo presidente de Colombia. Su equipo de trabajo trabajó febrilmente para diseñar reformas estructurales sustanciales que el nuevo presidente implementaría. Entre ellos se encontraba la Reforma Laboral, que buscaba introducir flexibilidad en el rígido sistema laboral colombiano. En la discusión sobre las reformas, la necesidad de abordar el tema de la seguridad social se hizo evidente.

Hablé con Gaviria sobre los puntos de vista de José Piñera y la necesidad de invitarlo a Bogotá. Organicé una conferencia pública para presentar la Reforma de Pensiones en Chile y alentar el debate necesario sobre la seguridad social en Colombia.

El foro tuvo lugar el lunes 11 de junio de 1990 en el Hotel Hilton de Bogotá. El presidente electo y varios de sus futuros ministros asistieron. El evento fue un éxito. Los argumentos y los resultados presentados por José Piñera tuvieron un profundo impacto entre aquellos familiarizados con el tema, y ​​especialmente con la prensa colombiana.

Más tarde ese día, Piñera se reunió con el presidente electo y su equipo de asesores económicos. Fue una intensa reunión de cinco horas después de la cual el equipo económico de Gaviria estaba convencido de la necesidad de impulsar la Reforma de Pensiones y buscar el modelo de fondo de pensiones privado chileno.

El siguiente paso fue un viaje del equipo económico a Chile para observar de primera mano el sistema de fondos de pensiones privados de Chile. El equipo económico incluyó a Luis Fernando Ramírez, quien se convirtió en Ministro de Trabajo; Santiago Pardo, experto en temas fiscales, y Ulpiano Ayala, economista académico que durante la campaña estuvo a cargo de cuestiones laborales y seguridad social. Rudolph Hommes no pudo viajar, porque en la víspera del viaje fue nombrado ministro de Finanzas. En una fecha posterior, César Gaviria anunció la Reforma de Pensiones en su discurso de aceptación presidencial.

Durante los primeros meses de la nueva administración de Gaviria, se prestó especial atención a otras reformas estructurales necesarias, como el comercio exterior, que se asociaba en gran medida con la apertura de la economía colombiana.

Una de las primeras reformas que pasó por el Congreso fue la Reforma Laboral. Aquí, las ideas y argumentos de José Piñera, junto con el entusiasmo de quienes escucharon sus ideas, fueron determinantes para convencer y motivar a los presentadores de la Reforma Laboral, dos jóvenes senadores bien preparados, que el paso natural era hacer también la reforma de la seguridad social.

El debate sobre la Reforma de Pensiones en Colombia fue extenuante y largo. Comenzó a principios de 1992 y la ley fue aprobada en diciembre de 1993. Estaba rodeada de acaloradas discusiones en las esferas técnica, política y académica. Es importante destacar el papel del presidente Gaviria, quien participó activamente en el debate y fue la fuerza política decisiva.

El gobierno propuso al Congreso sustituir completamente el régimen público por una de las cuentas personales de jubilación, como la de Chile, pero la oferta no fue aceptada. Se llegó a un acuerdo político para pasar a un sistema híbrido en el que los sistemas público y privado coexisten y compiten. El primero administrado por el antiguo monopolio estatal y el nuevo por los administradores privados de fondos de pensiones.

El primero se mantuvo como un régimen de reparto, mientras que el último es un sistema de cuentas personales de jubilación. Lamentablemente, la negociación política resultó en un desequilibrio entre las condiciones competitivas en los dos sistemas coexistentes, lo que favorece a los afiliados del sistema público y, por ende, aumenta la deuda nacional de pensiones. Además, las negociaciones excluyeron de la reforma a tres grupos que disfrutaban de sistemas de pensiones sustanciales: maestros de escuela, la petrolera estatal Ecopetrol y las Fuerzas Armadas.

Un objetivo fundamental durante la negociación política fue alcanzar las condiciones mínimas necesarias para consolidar el sistema privado de la reforma. Hoy evaluamos que eso se ha logrado y cualquier reforma se centrará en este sistema. Después de dos años de funcionamiento [esta frase daría una fecha de 1996-1997 para este escrito], el sistema de fondos privados está funcionando satisfactoriamente con 1,9 millones de colombianos afiliados a los fondos privados de pensiones.

A la fecha, más países de América Latina han reformado su sistema de pensiones hacia el modelo de capitalización privada. Cada país adoptó el modelo original chileno y lo adaptó de acuerdo con sus condiciones económicas y políticas. Estoy convencido de que estas reformas son indispensables para garantizar las condiciones necesarias para el desarrollo económico sostenible y la prosperidad de nuestro pueblo.

Original en inglés:


How we created with José Piñera the private pension system in Colombia 

By Juan Manuel Santos (Presidencial candidate 2010, Former Defense Secretary of President Uribe and former Trade Secretary of President Gaviria). 


 On March 1990, close to the end of the electoral campaign in Perú to succeed Alan García, an important forum took place in Lima. It was organized by the “Movimiento Libertad” and led by its presidential candidate Mario Vargas Llosa. 

 In that occasion I had my first contact with José Piñera. I was most impressed to hear his speech explaining the experience about the 1980 Pension Reform in Chile. I appreciated the logic of his proposals to confront the problem of pension debt, which at that time was just beginning to be discussed in Colombia, and almost exclusively in academic circles. But, over all, the results of the Chilean reform that Piñera presented caught my attention. The pension funds were by then the main factor in the recovery of savings in that country, and were dynamizing the national capital market. 

But it was not until later, when I visited Chile, that I was able to appreciate the full impact of the reform. Cab drivers in Santiago would show me their private pension fund booklet and proudly displayed their retirement accounts passbooks in the private pension system. They showed it a personal achievement, and they paid attention to the fund’s performance. I was sure then that if I would ask a cab driver in Colombia about his pension, he would surely complain about queues and delays – and only if I were lucky enough to find a cab driver who had a pension plan, to begin with! 

 Months later, César Gaviria was elected the new president of Colombia. His working team worked feverishly to design substantial structural reforms that the new president would implement. Among them was the Labor Reform, which sought to introduce flexibility to the rigid Colombian labor system. In the discussion about reforms, the need to address the issue of social security became evident. 

 I talked to Gaviria about José Piñera’s views and the need to invite him to Bogotá. I organized a public conference to present the Chilean Pension Reform and to encourage necessary debate on social security in Colombia. 

 The forum took place on Monday, June 11th, 1990, at the Hilton Hotel in Bogotá. The elected president and several of his future ministers attended. The event was a success. The arguments and the results presented by José Piñera had deep impact among those familiar with the issue, and especially with the Colombian press. 

Later that day, Piñera met with the elected president and his team of economic advisors. It was an intense five-hour meeting after which Gaviria’s economic team was convinced about the need to push the Pension Reform forward and pursue the Chilean private pension fund model. 

The next step was a trip of the economic team to Chile to observe first hand the Chilean private pension funds system. The economic team included Luis Fernando Ramírez, who became Labor Minister; Santiago Pardo, an expert on fiscal issues, and Ulpiano Ayala, an academic economist who during the campaign had been in charge of labor issues and social security. Rudolph Hommes was unable to travel, because on the eve of the trip he was nominated Finance Minister. At later date, César Gaviria announced the Pension Reform in his presidential acceptance speech. 

During the first months of the new Gaviria administration, special attention was placed on other needed structural reforms, such as foreign trade, which was largely associated with the opening of the Colombian economy. 

 One of the first reforms that passed through Congress was the Labor Reform. Here, the ideas and arguments of José Piñera, together with the enthusiasm of those who heard his ideas, were determinant to convince and motivate the presenters of the Labor Reform -- two well prepared young senators -- that the natural step was to do also the social security reform. 

The debate on Pension Reform in Colombia was strenuous and long. It began in early 1992 and the law was approved in December 1993. It was surrounded by heated discussions on the technical, political, and academic spheres. It is important to highlight the role of President Gaviria, who actively participated in the debate and was the decisive political force. 

The Government proposed to Congress to substitute completely the public regime for one of personal retirement accounts , as the one in Chile, but the offer was not accepted. A political deal was reached to move to a hybrid system in which the public and private systems coexist and compete. The first administered by the old state monopoly and the new one by private pension fund administrators. 

The former was kept as a pay-as-you-go regime, while the later is a system of personal retirement accounts. Regrettably political negotiation resulted in a disequilibrium between the competitive conditions in the two coexisting systems, which favors public system’s affiliates and thus adds to the national pension debt. Additionally, the negotiations excluded from the reform three groups that enjoyed substantial pension systems: school teachers, the state owned oil company Ecopetrol, and the Armed Forces. 

A fundamental objective during the political negotiation was to reach minimum necessary conditions to consolidate the private system for the reform. Today we assess that that has been achieved, and any reform will be centered on this system. After two years of operation the private fund system is functioning satisfactorily with 1.9 million Colombians affiliated to the private pension funds. 

 As of today, more Latin American countries have reformed their pension system towards the private capitalization model. Each country has adopted the original Chilean model and adapted to according to their economic and political conditions. I am convinced that these reforms are indispensable to guarantee necessary conditions for sustainable economic development and prosperity for our people.


2017/12/18

Tasas de reemplazo pensional: hacia la ruina de los estratos 3, 4 y 5.

Hay una perla en una reciente columna (http://www.dinero.com/edicion-impresa/opinion/articulo/mitos-y-falsedades-por-santiago-montenegro/253320# ) del jefe de Asofondos en Dinero. Como ejemplo de mito y falsedad, dice:
... una ex ministra no se cansa de repetir que la tasa de reemplazo promedio de las pensiones del RAIS es solo 30%, cuando en realidad está por encima del 80%. Es decir, 50 puntos de diferencia. Si solo se tienen en cuenta los mayores ingresos, la tasa de reemplazo comienza a bajar, precisamente, porque, a diferencia del régimen público, en el RAIS no subsidia a los ricos.

Asunto es importante y merece explicación: la tasa de reemplazo es la proporción entre lo que recibe el nuevo pensionado cada periodo, y el salario que recibió recientemente por el mismo periodo. Si el salario mensual era 8 millones de pesos antes de pensionarse, y ahora de pensionado recibe 2 millones al mes, la tasa de reemplazo es 2/8 = 25% .

El acumulado final del ahorro de cada individuo es producto de
  • su historia salarial, a veces escasa, irregular y deficiente,
  • su sacrificio personal y familiar,
  • la rentabilidad de las inversiones pensionales, dependiente a su vez de
    • la suerte de los mercados, 
    • la combinación de competencia y voracidad parasítica de las administradoras pensionales, que le deja al ahorrador algo de la rentabilidad del mercado.
Cuando el trabajador se pensiona, su acumulado se volvería prima que compraría una renta vitalicia. Para suponer un valor, copiemos lo que dice ANIF:
Nuestros cálculos sugieren que la prima de una renta vitalicia que promete 1 SML estaría rondando los $199 millones (pesos de 2017), descontando disfrutes de 25 años y un costo-margen de las aseguradoras del 1% (pag. 47, http://anif.co/sites/default/files/investigaciones/anif-refpensional0917.pdf; otras cifras hablan de $150 millones, etc.

Si en la cuenta de la persona sólo hubiera 100 millones, la persona no podría en principio comprar esa "renta vitalicia" -- pero si ha cumplido con los demás requisitos para pensionarse, recibe un subsidio del Fondo de Garantía de Pensión Mínima (FGPM): en este caso, otros 100 millones adicionales, hasta completar los 200 requeridos por la aseguradora, y así la persona recibe una mesada -- de un mínimo. Todos los que reciban la ayuda del FGPM recibirán un mínimo de mesada, punto.

Entonces, para las personas que cotizaron sobre un salario mínimo, al pensionarse su tasa de reemplazo será del 100%: cotizaron sobre un mínimo y recibirán de mesada un mínimo.

Para los que cotizaron sobre dos mínimos y al pensionarse recibirán también un mínimo, su tasa de reemplazo será del 50%, y así sucesivamente.

Y si la persona estaba cotizando sobre, por ejemplo, tres mínimos, pero no alcanzó a acumular los 200 millones, pues su tasa de reemplazo será de un tercio o 33%:
(1 sal min que recibe) / (3 sal min que recibía y sobre los que cotizaba).

Siguendo por esa línea acabaremos llegando a ese estrato de personas que sí acumularon lo suficiente, digamos 200 millones: esas personas no recibirán subsidio del FGPM y quedarán recibiendo mesadas apenas superiores al salario mínimo: en promedio, ¿sobre cuántos salarios de cotización? ¿con qué tasas de reemplazo?

De ahí puede estar saliendo el 30% que menciona la exministra Cecilia López. 
... una ex ministra no se cansa de repetir que la tasa de reemplazo promedio de las pensiones del RAIS es solo 30%, cuando en realidad está por encima del 80%. Es decir, 50 puntos de diferencia. Si solo se tienen en cuenta los mayores ingresos, la tasa de reemplazo comienza a bajar,
Montenegro sólo puede justificar esa tasa de reemplazo del 80% porque incluye los beneficiarios de FGPM: aquellas personas con tasas de reemplazo del 100% y 90% y 80%, etc. Sin ese subsidio, que ha venido en realidad del bolsillo de los contribuyentes, la tasa sería muchísimo más baja.

Montenegro debería responder con honestidad acerca de la verdadera eficiencia del régimen de Ahorro Individual, y no escudarse en el FGPM:
  • para los pensionados que no recibieron subsidio, ¿cuál es su tasa de reemplazo promedio? 
  • y para todo los pensionados, hayan o no recibido subsidio, cuál es la relación entre su salario promedio de cotización y sus acumulados (medidos como fracción de la prima necesaria para una renta vitalicia)?
Montenegro ni siquiera intentó analizar cómo fue que Cecilia López llegó a la cifra de 30%. Me pregunto si no quiso atreverse.

Si efectivamente la tasa de reemplazo es del 30%, eso quiere decir que la clase media y media alta colombiana, aquella que justamente ha sido acusada, de manera demagógica, de estar llena de ricos beneficiarios de injustos subsidios (alguien que cotizaba sobre 4 ó 5 salarios mínimos, ¿rico? ¡por favor!), y hasta de quitarle el pan de la boca a quienes el sistema político y económico dejó por fuera del ahorro pensional, está en serio peligro en los años venideros.

Ante esto es necesario que
  • los directivos actuales y anteriores de las administradoras de fondos pensionales, aseguradoras, Asofondos y Fasecolda, 
  • los funcionarios actuales y anteriores de las agencias regulatorias y supervisoras gubernamentales (MinHacienda, SuperFinanciera, URF),
  • y los expertos consultores nacionales y extranjeros que ayudaron en el diseño de este sistema, 
sean llamados a declarar ante comisiones del congreso, a contestar entre otras las siguientes preguntas:
  • ¿por qué las propuestas de reforma son todas sacrificio para el cotizante, y se ignora la eficiencia y ganancias excesivas de las administradoras y aseguradoras?
  • ¿por qué las rentabilidades obtenidas por las administradoras no han sido mayores durante la etapa de acumulación?
  • ¿cuál ha sido la eficiencia de las aseguradoras para que estén dando mesadas tan bajas?
  • ¿dónde estaba la supervisión gubernamental sobre eficiencia del sistema? 



2017/12/12

Saludo a nuevos lectores de este blog

Hasta hace unas semanas todas las notas las colgaba en el blog InversionesSinIlusiones.wordpress.com. Sin embargo, el asunto pensional merece espacio aparte, sobre todo ahora cuando en Colombia se discute una reforma pensional y en otros países del continente, como en el mismo Chile, Perú y República Dominicana, hay seria oposición al modelo de administración pensional.

En este blog el lector encontrará análisis crítico del sistema de administración privada de fondos de pensión de ahorro individual. De los problemas del sistema de prima media ya hay amplio cubrimiento en otros medios.

Enfrentar los serios problemas del régimen pensional solidario no puede llevar a darle rienda suelta a las administradoras de fondos pensionales para continuar y extender el abuso al que han sometido a los cotizantes colombianos. Tampoco estoy en contra del ahorro individual pensional: todo lo contrario, quiero defender el que la gente pueda invertir y obtenga una justa recompensa por el riesgo que corre.

La mudanza de los artículos de InversionesSinIlusiones a PensionesSinIlusiones todavía no está completa; algunos de los artículos todavía tienen problemas de formato y enlaces muertos -- pido paciencia.

No asesoro, no tengo secretos para vender. Si los tuviera no andaría con este blog en Blogger. No tengo conflictos de interés, no he sido ni soy ahora (Diciembre del 2017) empleado de entidad financiera alguna.

Oh sorpresa, 2018, buen año demográfico para Colombia.

La propaganda apocalíptica de ANIF y Asofondos, repetida acríticamente por dirigentes de opinión y candidatos, oculta aspectos que podrían ir en la otra dirección. Así no se puede tener una discusión seria.

Copio aquí una parte del capítulo 1 del informe de la Misión Colombia Envejece (Carmen Elisa Flórez Nieto, Leonardo Villar, Nadia Puerta y Luisa Fernanda Berrocal), página 40-41:

1.5.3. Relación de dependencia

La relación de dependencia es la relación entre la población potencialmente dependiente (menor de 15 años y de 60 años o más) y la población potencialmente activa (15-59 años). Este indicador, que descansa enteramente en la estructura por edad, se usa para medir, en términos generales, la necesidad de soporte social de la población adulta mayor y de la población infantil por parte de la población económicamente activa. Cuando hay disminuciones en la relación de dependencia, se abre una ventana de oportunidad denominada bono demográfico, momento en el cual se requieren menos recursos para el soporte de la población dependiente y aumentan las posibilidades de acumulación de capital y crecimiento económico. En términos de fases, el bono demográfico ocurre cuando la relación de dependencia   es menor a 66 dependientes por 100 personas activas (Ramírez, et al., 2013). 


La relación de dependencia ayuda a predecir los efectos potenciales de los cambios

demográficos en el desarrollo económico (Cotlear, 2011). La relación de dependencia ha venido disminuyendo en los últimos años (ver Figura 11). 




Su aumento en el pasado obedeció principalmente al gran número de personas entre 0 y 14 años de edad. Pero a medida que avanza la transición demográfica, la participación de este grupo en el total de la población empieza a disminuir debido al descenso en las tasas de fecundidad, mientras que la participación de la población de 15 años o más empieza a crecer hasta conformar una sociedad mayoritariamente juvenil, en la que las relaciones de dependencia alcanzan el punto más bajo y se dan las condiciones propicias para el bono demográfico. En Colombia, la relación de dependencia es actualmente de 60.9, lo que significa que por cada 100 jóvenes hay 61 personas en edades no productivas. El punto más bajo se alcanzaría alrededor del año 2018, lo que indicaría que en esta y en la próxima década el crecimiento económico colombiano se beneficiaría del bono demográfico. Después de la década del 2020, la relación de dependencia comenzaría a aumentar de nuevo, ahora como consecuencia del envejecimiento paulatino de la población.


La relación de dependencia tiene dos componentes: el asociado a la población menor de 15 años y el de la población de 60 años o más (la Figura 12 muestra la relación de dependencia de las personas mayores). 





Este indicador asocia únicamente a la población de 60 años o más con la población en edad de trabajar (15-59 años). El envejecimiento de la población a lo largo del periodo se evidencia en el hecho de que la relación de dependencia de las personas mayores es creciente: pasa de 13 personas mayores por cada 100 en edad activa en 1985 a 17 en el 2014 y a 40 en el 2050. Sin embargo, es a partir de la década del 2020 cuando esta relación aumenta más aceleradamente, dando paso al final de la fase de sociedad juvenil (9) y al inicio de una sociedad en proceso de envejecimiento, en la que el bono demográfico se acaba y comienza a regir lo que se conoce como impuesto demográfico (10) . Por consiguiente, la sociedad debe prepararse para disponer y asignar más recursos a la población mayor, con los costos económicos y financieros que esto puede implicar. Por otra parte, es importante resaltar que la emigración hacia las ciudades que ocurre en las zonas rurales hace que la población económicamente activa suela ser menor como porcentaje del total y que las relaciones de dependencia sean por ello mismo más altas. Es decir, que en las zonas rurales hay un menor soporte de la población dependiente por parte de la población potencialmente activa.


En términos generales, la evolución de la relación de dependencia en Colombia es acorde con los promedios de Latinoamérica. En el siglo XX, las altas relaciones de dependencia en el subcontinente obedecían a las relaciones de dependencia de los menores. A finales de la presente década se espera que la región llegue a los mínimos valores de dependencia (alrededor de 60) para luego empezar a crecer de nuevo debido a los incrementos de la población mayor de 60 años. Sin embargo, el inicio de una sociedad envejecida en Latinoamérica en su conjunto se espera que ocurra alrededor del 2040, algo más tarde que en Colombia (Celade, 2014). En cuanto a otras regiones, como Asia, el proceso es más heterogéneo: India e Indonesia, por ejemplo, llegarán a sus puntos más bajos de relación de dependencia en el 2040 y el 2015 respectivamente, en contraste con países como Japón o China, que alcanzaron sus puntos más bajos en 1990 y en el 2010, respectivamente.


(9) De acuerdo con Celade (2014), una sociedad juvenil es aquella en la que predomina la población menor de 20 años.

(10) De acuerdo con Celade (2014), después del periodo del bono demográfico sigue un período en el que el cambio demográfico es adverso, ya que la fuerza laboral potencial crece más lentamente que la población dependiente. Este período económico es el del impuesto demográfico.

Bibliografía citada: 


Celade. (2014). La nueva era demográfica en América Latina y el Caribe.

La hora de la igualdad según el reloj poblacional. Primera Reunión de la Mesa
Directiva de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe. Santiago de Chile: División de Población de la Cepal.

Cotlear, D. (2011). "Envejecimiento de la población: ¿está preparada América

Latina?" En D. Cotlear (Ed.), Envejecimiento de la población: ¿está preparada América Latina? (pp. 1-43). Washington, D.C.: Banco Mundial.

DANE (2014), Proyecciones de población. Recuperado de: http://www.dane.

gov.co/index.php/poblacion-y-demografia/proyecciones-de-poblacion

Pachón, A. (2012). Proyecciones demográficas para el sistema de ciudades en Colombia. Bogotá: Departamento Nacional de Planeación.


Ramírez, J. C., Acosta, O. L., Pardo, R., Perdomo, N. y González, L. (2013).

Políticas sociales diferenciadas para las ciudades en Colombia. Una nueva
generación de políticas sociales (versión de progreso). Misión de Sistema de
Ciudades DNP-Cepal. Mimeo.


Expertos saben cuántos años le quedan a usted de vida. Bueno, más o menos.

¿Qué dice la demografía sobre cuánto más vamos a vivir?


En entrada anterior lo vimos: la misma Asofondos mostraba cómo la esperanza de vida para aquellos que hoy (realmente en 2010-2015) tenían 60 años iba a ser 21.4 años, y que en 2050-2055, los entonces sesentones vivirán en promedio 25 años. Un aumento de 3.6 años en 40 años -- menos dramático que lo que nos quieren hacer ver.


Esas gráficas parecen estar basadas en unas proyecciones de la división de población de las Naciones Unidas, 1999.

De datos sobre la esperanza de vida, una fuente quizás más actualizada, y muy mencionada y celebrada por ANIF y Asofondos, es la Misión Colombia Envejece de la Fundación Saldarriaga Concha. De su informe completo, el primer capítulo (autores Carmen Elisa Flórez, Leonardo Villar, Nadia Puerta y Luisa Fernanda Berrocal) dice que la esperanza de vida para aquellos que tienen 60 años en 2015  es de 22.8 años para las mujeres y 20.3 para hombres. El promedio de estos dos números resulta ser 21.55 -- no muy distinto del estimado anterior.

Pág 59, capítulo 1 de Misión Colombia Envejece.

Para este estimado, las autoras usaron dos fuentes:

DANE (2014), Proyecciones de población. Recuperado de: http://www.dane.
gov.co/index.php/poblacion-y-demografia/proyecciones-de-poblacion

Pachón, A. (2012). Proyecciones demográficas para el sistema de ciudades
en Colombia. Bogotá: Departamento Nacional de Planeación. (¿serán estas?)


Entonces, y sabiendo que no se ha hecho un censo reciente, el mejor estimado para la esperanza de vida para alguien que tiene 60 años en 2015 es de 22.8 años para las mujeres y 20.3 para los hombres.

Y de cómo nuestra supuesta longevidad va a arruinarnos, a menos que aceptemos más sacrificio: lo dice ANIF y hay que creerles.


ANIF, para presentar su argumento sobre la urgente necesidad de desmontar los regímenes de prima media, debe ponerle un estimado numérico al subsidio que recibirán tales pensionados:  

Nuestros cálculos sugieren que la prima de una renta vitalicia que promete 1SML estaría rondando los $199 millones (pesos de 2017), descontando disfrutes de 25 años y un costo-margen de las aseguradoras del 1%. (página 47, Elementos para una Reforma Estructural Pensional [REP] Septiembre de 2017). 

Sirve mucho tratar de estimar eso, pero nos asaltan varias preguntas:

  • ¿por qué hacerlo equivalente al costo comercial de una prima en el mercado asegurador, donde las aseguradoras son entidades con ánimo de lucro?
  • Y si vamos a seguir por ese camino de asignarle valor de mercado a las pensiones, ¿por qué no hacer la prueba de ofrecer comprarles de vuelta a los pensionados ese derecho, por medio de una jugosa suma en efectivo? dada la tendencia muy marcada en el colombiano a preferir pagos inmediatos que pagos en el futuro ("Hyperbolic discounting"), quizás sea posible comprarle flujos de mesadas por la mitad de esos 199 millones. 
  • ¿y por qué 25 años? las tablas de mortalidad general muestran que ni siquiera las mujeres de 60 años (pasada la edad de jubilación) van a vivir eso, sino apenas 22.8 años, y los hombres de 60 apenas vivirán 20.3 más. 
De veras, para ayudar al debate, serviría que ANIF y Asofondos mostraran sus suposiciones y su trabajo, para que la comunidad analítica los pruebe. Ya los hemos pillado en errores graves


De cómo las aseguradoras nos ponen (¿o quitan?) años.


Quizás la justificación para suponer una mayor longevidad está en que las compañías de seguros no usan tablas con información sobre mortalidad que representen a la población colombiana en general, sino tablas distintas, que representan los datos sobre población que se pensiona.

Particularmente en Colombia, donde muy pocos se pensionan, ellos son más adinerados, tienen mejor atención en salud, viven en sitios sin tanta contaminación y han estudiado más que la población general.

El que se pronostique que un pensionado o pensionada va a vivir más años causa que el ahorro acumulado tenga que aguantar un mayor número de retiros (mensuales, anuales) sin agotarse, y que por tanto la mesada periódica deba ser más pequeña (ver artículo anterior, sobre cómo las mujeres se verán particularmente afectadas por esto).
 
Recomiendo entusiásticamente un documento sobre la historia de las tablas: cómo se actualizan cierto tiempo, y de dónde se sacan los datos. Con la resolución 1555 de julio 30 del 2010 la Superfinanciera sustituyó unas tablas (basadas en datos del ISS de 1984 a 1988) y adoptó nuevas tablas, las llamadas RV08.

Nótese cómo la tabla tiene dos mitades, una para cada sexo. Los datos que nos interesan específicamente son

  • A: la edad actuarial, 
  • E: la vida media para hombres que tienen esa edad,  
  • I:  la vida media para mujeres que tienen esa edad.
Marco con un asterisco (*) los valores de interés particular. Según los demógrafos y actuarios que compilaron estas tablas, a mujer pensionada de 60 años le quedan 27 años de vida. 

(para los interesados, abajo de la tabla describo las demás columnas).

   Hombres                     Mujeres
------------------------------------------------------------
 A       B     C        D    E       F      G        H    I
15 1000000   485 0,000485 64,8 1000000    272 0,000272 70,0
16  999515   496 0,000496 63,9  999728    278 0,000278 69,1
17  999019   509 0,000509 62,9  999450    285 0,000285 68,1
18  998510   522 0,000523 61,9  999165    293 0,000293 67,1
19  997988   537 0,000538 60,9  998872    302 0,000302 66,1
20  997451   553 0,000554 60,0  998570    311 0,000311 65,1
21  996898   571 0,000573 59,0  998259    321 0,000322 64,2
22  996327   591 0,000593 58,0  997938    332 0,000333 63,2
23  995736   612 0,000615 57,1  997606    344 0,000345 62,2
24  995124   636 0,000639 56,1  997262    357 0,000358 61,2
25  994488   662 0,000666 55,1  996905    372 0,000373 60,2
26  993826   690 0,000694 54,2  996533    388 0,000389 59,3
27  993136   721 0,000726 53,2  996145    405 0,000407 58,3
28  992415   755 0,000761 52,3  995740    425 0,000427 57,3
29  991660   792 0,000799 51,3  995315    446 0,000448 56,3
30  990868   832 0,000840 50,3  994869    469 0,000471 55,4
31  990036   877 0,000886 49,4  994400    494 0,000497 54,4
32  989159   926 0,000936 48,4  993906    522 0,000525 53,4
33  988233   979 0,000991 47,5  993384    552 0,000556 52,4
34  987254  1038 0,001051 46,5  992832    585 0,000589 51,5
35  986216  1102 0,001117 45,6  992247    622 0,000627 50,5
36  985114  1172 0,001190 44,6  991625    662 0,000668 49,5
37  983942  1249 0,001269 43,7  990963    705 0,000711 48,6
38  982693  1333 0,001356 42,7  990258    753 0,000760 47,6
39  981360  1424 0,001451 41,8  989505    806 0,000815 46,6
40  979936  1525 0,001556 40,8  988699    863 0,000873 45,7
41  978411  1635 0,001671 39,9  987836    926 0,000937 44,7
42  976776  1755 0,001797 39,0  986910    994 0,001007 43,7
43  975021  1886 0,001934 38,0  985916   1070 0,001085 42,8
44  973135  2030 0,002086 37,1  984846   1152 0,001170 41,8
45  971105  2186 0,002251 36,2  983694   1242 0,001263 40,9
46  968919  2358 0,002434 35,3  982452   1341 0,001365 39,9
47  966561  2544 0,002632 34,4  981111   1448 0,001476 39,0
48  964017  2748 0,002851 33,4  979663   1566 0,001599 38,0
49  961269  2971 0,003091 32,5  978097   1695 0,001733 37,1
50  958298  3213 0,003353 31,6  976402   1836 0,001880 36,2
51  955085  3477 0,003641 30,7  974566   1990 0,002042 35,2
52  951608  3765 0,003956 29,9  972576   2158 0,002219 34,3
53  947843  4077 0,004301 29,0  970418   2341 0,002412 33,4
54  943766  4418 0,004681 28,1  968077   2541 0,002625 32,5
55  939348  4744 0,005050 27,2  965536   2735 0,002833 31,6
56  934604  5106 0,005463 26,4  962801   2950 0,003064 30,6
57  929498  5507 0,005925 25,5  959851   3189 0,003322 29,7
58  923991  5952 0,006442 24,6  956662   3456 0,003613 28,8
59  918039  6444 0,007019 23,8  953206   3752 0,003936 27,9
60  911595  6988 0,007666 23,0  949454   4082 0,004299 27,0 *
61  904607  7588 0,008388 22,1  945372   4447 0,004704 26,2
62  897019  8250 0,009197 21,3  940925   4853 0,005158 25,3
63  888769  9134 0,010277 20,5  936072   5303 0,005665 24,4
64  879635 10078 0,011457 19,7  930769   5801 0,006232 23,5
65  869557 11080 0,012742 19,0  924968   6351 0,006866 22,7
66  858477 12143 0,014145 18,2  918617   6959 0,007576 21,8
67  846334 13265 0,015673 17,4  911658   7629 0,008368 21,0
68  833069 14446 0,017341 16,7  904029   8367 0,009255 20,2
69  818623 15683 0,019158 16,0  895662   9177 0,010246 19,4
70  802940 16972 0,021137 15,3  886485  10065 0,011354 18,6 *
71  785968 18310 0,023296 14,6  876420  11036 0,012592 17,8
72  767658 19688 0,025647 14,0  865384  12095 0,013976 17,0
73  747970 21098 0,028207 13,3  853289  13245 0,015522 16,2
74  726872 22530 0,030996 12,7  840044  14490 0,017249 15,5
75  704342 23970 0,034032 12,1  825554  15832 0,019177 14,7
76  680372 25402 0,037335 11,5  809722  17272 0,021331 14,0
77  654970 26808 0,040930 10,3  792450  18809 0,023735 13,3
78  628162 28168 0,044842 10,4  773641  20439 0,026419 12,6
79  599994 29456 0,049094  9,8  753202  22154 0,029413 11,9
80  570538 30646 0,053714  9,3  731048  23943 0,032752 11,3 *
81  539892 31711 0,058736  8,8  707105  25791 0,036474 10,6
82  508181 32619 0,064188  8,3  681314  27677 0,040623 10,0
83  475562 33340 0,070107  7,8  653637  29572 0,045242  9,4
84  442222 33841 0,076525  7,4  624065  31445 0,050387  8,9
85  408381 34093 0,083483  7,0  592620  33252 0,056110  8,3
86  374288 34069 0,091023  6,6  559368  34945 0,062472  7,8
87  340219 33745 0,099186  6,2  524423  36469 0,069541  7,3
88  306474 33103 0,108012  5,8  487954  37762 0,077388  6,8
89  273371 32136 0,117555  5,4  450192  38757 0,086090  6,3
90  241235 30844 0,127859  5,1  411435  39386 0,095728  5,8
91  210391 29239 0,138975  4,8  372049  39709 0,106731  5,4
92  181152 27344 0,150945  4,5  332340  39700 0,119456  5,0
93  153808 25199 0,163834  4,2  292640  39188 0,133912  4,6
94  128609 22851 0,177678  3,9  253452  38041 0,150092  4,2
95  105758 20363 0,192543  3,6  215411  36189 0,168000  3,9
96   85395 17839 0,208900  3,3  179222  33628 0,187633  3,5
97   67556 15350 0,227219  3,1  145594  30428 0,208992  3,2
98   52206 12921 0,247500  2,9  115166  26728 0,232082  3,0
99   39285 10597 0,269747  2,6   88438  22719 0,256892  2,7
100  28688  8433 0,293956  2,4   65719  18627 0,283434  2,5
101  20255  6484 0,320118  2,2   47092  14679 0,311709  2,3
102  13771  4796 0,348268  2,1   32413  11075 0,341684  2,1
103   8975  3395 0,378273  1,9   21338   7968 0,373418  1,9
104   5580  2290 0,410394  1,7   13370   5440 0,406881  1,7
105   3290  1462 0,444377  1,6    7930   3505 0,441992  1,6
106   1828   878 0,480306  1,4    4425   2119 0,478870  1,4
107    950   492 0,517895  1,3    2306   1194 0,517780  1,3
108    458   256 0,558952  1,1    1112    620 0,557554  1,1
109    202   121 0,599010  0,9     492    295 0,599593  0,9
110     81    81 1,000000  0,5     197    197 1,000000  0,5
  A      B     C        D    E       F      G        H    I
-----------------------------------------------------------


  • A: edad actuarial
  • Para hombres:
  • B: cuántos hombres quedan vivos de una población que era de 1 millón de quinceañeros,
  • C: número esperado de muertes
  • D: Probabilidad de que uno de los sobrevivientes muera este año,
  • E: Número de años de vida en promedio que le quedan a las personas de esta cohorte.
  • De la F a la I son los mismos valores, pero para una población de mujeres. 

Es muy curiosa esa tabla RV08, sobre todo comparada con la tabla de rentistas anterior (la compilada con datos del ISS de 1984 a 1988):
  • Las mujeres de 60 años subieron su esperanza de vida de 20.78 a 27.0 en la RV08 (6,2 años)
  • Los hombres de 60 años subieron su esperanza de vida de 19.51 a 23.00 años (3,5 años).
Este enorme incremento en la esperanza de vida a los 60 años, de 6,2 años para mujeres y de 3,5 años para hombres, ocurrió en un poco más de 20 años.

Sus mismos autores reconocen esto tan curioso: 

Una vez graduada la tabla, se consideró que las probabilidades obtenidas resultaban conservadoras cuando se comparaban con las de poblaciones de pensionados en otros países de la región, y por lo tanto en este caso no se incluyeron márgenes adicionales. (Aspectos teóricos: Tablas de Mortalidad, Evolución en el Sector Asegurador Colombiano, p. 465). 
Quisiera saber más de demografía, pero es un incremento inmenso, y con hondas repercusiones sociales, no sólo para el negocio asegurador; pido que se investigue cómo se hicieron tales tablas. De pronto hay que volver a ver esos datos crudos del antiguo ISS, no sea que se hayan incluido datos de gente que se pensionó con edades artificialmente infladas y murieron "nonagenarias" en el papel.      


(Agradecimientos a mis contertulios por sus comentarios, y al JuglarDelZipa por haber extraído los números de la tabla).




 

2017/12/11

El argumento de Asofondos

Recomiendo leer el discurso de Santiago Montenegro en la clausura del pasado congreso de Asofondos para entender lo que quieren, o por lo menos lo que le dicen a ciertas audiencias acerca de lo que quieren.

http://asofondos.org.co/sites/default/files/Discurso%20de%20Santiago%20Montenegro%20Clausura.pdf.

En azul señalo unos elementos de diagnóstico puntual, y en vinotinto las propuestas específicas que hace.


Discurso de Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, en el X Congreso FIAP-ASOFONDOS Hotel Hilton, Cartagena de Indias, viernes 21 de abril de 2017 


Señor presidente de la república, doctor Juan Manuel Santos 
Señor Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas 
Don Guillermo Arthur, presidente de la FIAP 
Señores miembros del Consejo Directivo de Asofondos 
Señores presidentes de las AFP de Chile, Perú y México 

Estimado señor presidente: 

Quiero, en primer lugar, agradecer a Usted su presencia en nuestro décimo Congreso FIAP-Asofondos. Como en anteriores ocasiones, Usted nos honra con su presencia. 

Nos reunimos, señor presidente, en una época en la cual el mundo y la región enfrentan innumerables problemas, y en donde muchos columnistas, analistas políticos, académicos y personas del común ven solo sombras, crisis, problemas insolubles. Por estas razones, algunos dicen que esta no es una época de cambios, sino un cambio de época. Cambio, ¿hacia qué? Cambio, ¿hacia donde? Por supuesto, nadie sabe. Porque, entre otras cosas, para saber hacia adonde nos dirigimos, tenemos que conocer, no sólo donde estamos, sino de donde venimos. Es decir, tenemos que contar con buenos diagnósticos del presente y también conocer muy bien nuestra historia, el mundo del ayer, el país que nos dejaron nuestros mayores. 

Pero, aún suponiendo, que nos ponemos de acuerdo en los diagnósticos de los problemas y en una narrativa histórica y nos apoyamos en la ciencia y en la razón, mucho dependerá de la actitud que adoptemos. Está, por ejemplo, la actitud de los cínicos, de los que creen que el mundo y la sociedad están ya tan descompuestos y corruptos que es imposible solucionar los problemas, que cualquier cosa que hagamos es inútil, que solo construimos en el aire y aramos en el mar. 

Por otro lado, están los que creen y argumentan que problemas como la corrupción, la baja calidad de la educación o los problemas de la seguridad social, son síntomas de un problema mas general, de fondo, que aqueja a toda la sociedad, y, en este orden de ideas, proponen un cambio absoluto, para arreglar, de una vez y para siempre, todos los problemas de la sociedad y lograr, por que no, la felicidad de cada uno de sus miembros. Estos son los amigos de lo que llaman el cambio estructural o la revolución, ya sea de izquierda o de derecha, y que comienzan, casi siempre, proponiendo la redacción de una nueva Constitución. 

Frente a estas, existe la actitud de quienes piensan -pensamos- que, no solo es posible solucionar problemas parciales y avanzar con gradualidad, sino que ésta es la única manera de construir sobre lo logrado, es la actitud que acepta que nadie tiene la verdad revelada, es la actitud que reconoce la diferencia, que busca alcanzar acuerdos entre contrarios, es la actitud que se plasma en un contrato social que propone y acepta que el poder debe ser limitado, tanto en el espacio como en el tiempo, donde existe separación de poderes, donde es posible cambiar a los gobernantes en forma pacífica y en donde, más que de personas, los gobiernos son de instituciones. Es el contrato social de la sociedad abierta, el contrato social de la democracia liberal, de los gobiernos democráticos y republicanos. Por supuesto, las sociedades así constituidas y gobernadas, como la nuestra, también caen, muchas veces, en la desesperanza y en el pesimismo. No es la primera vez que esto sucede, pues, como Chesterton argumentó hace muchos años, los países democráticos de occidente recurrentemente también padecen del “espíritu infantil del pesimismo moderno, en donde cada derrota es el fin del mundo, cada nube el crepúsculo de los dioses.” 


En una época así, en la que tantos analistas e intelectuales parecen vislumbrar el apocalipsis, con modestia, pero con decisión, nosotros queremos manifestar enfáticamente, que nuestros problemas tienen solución, que los más y no los menos, tenemos buena voluntad, que la gran mayoría de los colombianos, incluyendo a empresarios, empleados, funcionarios públicos y políticos, somos honestos y trabajadores. Por estas razones, recordando a uno de los grandes pensadores italianos, afirmamos que “al pesimismo de la inteligencia tenemos que responder con el optimismo de la voluntad.” 

Así, en el día de hoy, queremos reiterar nuestra voluntad y nuestra invitación a que, entre todos, unamos esfuerzos para resolver los problemas de la seguridad social en la vejez de los colombianos del presente y, especialmente, de los que vendrán después. Los obstáculos no son menores, las soluciones no son fáciles, pero Colombia no puede posponer indefinidamente una solución a un sistema pensional que tiene baja cobertura, y, en su componente público, serios problemas de sostenibilidad e inequidad. 

En este Congreso FIAP-ASOFONDOS hemos hecho un énfasis especial y realizado un análisis cuidadoso de dos variables críticas que determinan y limitan las soluciones posibles para proveer un adecuado seguro contra los riesgos de la vejez: la transición demográfica y las condiciones de nuestro mercado laboral. Con base en estudios serios y en cifras objetivas, es importante analizar estas variables, sin olvidar que siempre debemos centrarnos en como damos más y mejores pensiones con un sistema que sea sostenible en el tiempo. Este es el enfoque correcto y difiere de las reformas que se hicieron, por ejemplo, en Argentina, en donde la prioridad fue generar caja para mejorar las cuentas fiscales del gobierno, o en otros países de la región, en donde el objetivo parece ser, no mejorar el sistema pensional, sino cambiar la administración del sistema. 

El primer esquema formal para cubrir el riesgo de la vejez, diferente al cuidado de los hijos y otros familiares, comenzó, hasta donde conocemos, en Escocia, en el año de 1744. Allí, dos pastores protestantes, Alexander Webster y Robert Wallace, decidieron establecer un fondo de seguro de vida para proporcionar pensiones a las viudas y huérfanos de pastores muertos. Propusieron que cada uno de los pastores aportara una porción de sus salarios al fondo, que invertiría su dinero, de forma que, si un pastor moría, su viuda recibiría los dividendos de los intereses del fondo, lo que le permitiría vivir confortablemente el resto de su vida. Para predecir cuantos pastores morían por año, cuantas viudas y huérfanos dejarían y cuantos años sobrevivirían las viudas a sus maridos, contactaron a un profesor de matemáticas de la Universidad de Edimburgo,  Colin Maclaurin, quien utilizó los descubrimientos, entonces recientes, de la ley de los grandes números de Jakob Bernoulli y las tablas actuariales, publicadas 50 años antes, por Edmond Halley. Así, estos contemporáneos de los grandes intelectuales de la ilustración escocesa, como Adam Smith, David Hume, Samuel Johnson, crearon el primer sistema pensional conocido en el mundo y que se caracterizó, primero, por ser de capitalización y de cuentas individuales, en donde la pensión era proporcional a lo que cada afiliado había cotizado, y, segundo, por establecer una clara conexión, a nivel individual, entre esfuerzos, responsabilidades y beneficios. El fondo se llamó Viudas Escocesas, fue un éxito inmediato, existe hasta la actualidad, y es abierto a quien quiera aportar. Hoy en día es uno de los mayores fondos de pensiones y seguros del mundo, con activos superiores a los 100 mil millones de libras esterlinas. 

Casi un siglo y medio después, en 1881, el Conde Otto von Bismarck creó en Alemania un sistema de pensiones bajo una concepción diferente, el llamado sistema de reparto, o de Prima Media, como lo llamamos en Colombia. En este sistema, que, a diferencia del escocés, fue estatal, los trabajadores actuales financian con sus contribuciones, las pensiones de los jubilados del presente, por lo cual separa, a nivel individual, la conexión entre contribuciones y pensiones y entre esfuerzos y beneficios. 

A diferencia de la capitalización individual, que se limitó a Escocia y a otros lugares puntuales, el modelo que primó en el mundo durante mucho tiempo fue este sistema creado por Bismarck. Entre otras razones, porque proporcionó enormes recursos a los Estados en razón a las condiciones demográficas que perduraron durante muchos decenios. En el caso de Alemania, cuando Bismarck creo su sistema, el derecho a la pensión se obtenía a los 65 años, 6 cuando la esperanza de vida al nacer era de tan solo 45 años, lo que proporcionó enormes recursos al naciente estado alemán para expandir su poderío político y económico. Lo que hace tantos fue una fuente de recursos para los Estados, hoy en día es uno de los mayores dolores de cabeza en varios países del mundo. Las condiciones de estos sistemas de reparto comenzaron a cambiar cuando comenzó a crecer la esperanza de vida al nacer, por cuenta de la invención de los antibióticos y otros adelantos médicos, y también como resultado de la drástica caída en la tasa de fertilidad, cuando en forma masiva las mujeres comenzaron a estudiar y a vincularse al mercado laboral. 

Por estas razones, muchas personas centran sus argumentos sobre la viabilidad o pertinencia de un régimen pensional exclusivamente en las variables demográficas. Se dice, por ejemplo, “nuestra población es aún joven,” para justificar que no es tan urgente introducir reformas al sistema pensional. Una de las conclusiones más importantes de este Congreso ha sido plantear que, tan importante como la transición demográfica, las condiciones del mercado laboral son determinantes para la viabilidad de los sistemas pensionales. 

A comienzos del siglo XX, nuestra población era de apenas cinco millones de habitantes, hoy es de 47 millones; la gran mayoría vivía en el campo, hoy está en las ciudades; a mediados del siglo pasado, una mujer tenía en promedio siete hijos, hoy tiene solo dos; hace un siglo, la esperanza de vida al nacer era de unos 43 años, a mediados de siglo subió a 50 años, hoy está en unos 73 años, y, según, los escenarios medios construidos por las Naciones Unidas, se espera que hacia mediados del siglo XXI, esta cifra alcance los 82 años; hacia 1950, la esperanza de vida de quienes alcanzaban los sesenta años de edad era de unos cinco años, hoy es de unos 21 años y, hacia el año 2050 se espera que alcance los 26 años. 7 Una forma de expresar estos cambios es con un simple número que muestra la relación entre el número de trabajadores económicamente activos y la población en edad de retiro laboral, la cual definimos a los 65 años, utilizando la convención que usa las Naciones Unidas. 

Usando este indicador, hacia mediados del siglo XX, Colombia era realmente un país joven, que se expresaba en una relación de más de 11 trabajadores activos por cada adulto mayor. Suponiendo que los 11 trabajadores cotizaban a la seguridad social, había plata más que suficiente para pagar las pensiones de los jubilados. 

Hoy en día, dicha relación ya no es de 11, sino de solo 6.7 trabajadores activos por cada adulto mayor. En teoría, con esta relación, nuestra demografía permitiría que un régimen de reparto esté en equilibrio, pero no por mucho tiempo, porque esta tasa caerá a 4 en 2030 y a tan solo 2 hacia 2060. Dado que el régimen de reparto no tiene excedentes, entonces, solo por cuenta de la demografía, actuarialmente ya está en desequilibrio y enfrenta un enorme pasivo pensional. Es decir, no es viable un régimen que, por definición, plantea que cada vez menos jóvenes financien las pensiones de cada vez mas viejos. Estrictamente hablando, eso es lo que se conoce como una pirámide financiera. Por estas razones, un régimen así no debe ser conocido como de solidaridad intergeneracional, porque, mientras los jóvenes del hoy son solidarios con los adultos de hoy, cuando esos jóvenes de hoy sean los viejos de mañana, no habrá suficientes jóvenes para pagarles sus pensiones. 

Y, para ser muy preciso, quiero enfatizar que estas cifras se calculan suponiendo que no existiesen, ni los regímenes especiales, como los de los maestros o de las fuerzas armadas ni el régimen de ahorro individual. Por lo tanto, estamos asumiendo que todos los trabajadores activos solo cotizan al régimen de prima media. Así, no se puede culpar a la existencia del RAIS de los problemas de sostenibilidad del régimen de prima media. 


Se podría también argumentar que, quizá, dichos desequilibrios futuros podrían cubrirse elevando las cotizaciones, reduciendo el monto de las pensiones, incrementando la edad de jubilación, o con una combinación de las anteriores. En este Congreso, hemos analizado que dichos ajustes paramétricos serían tan grandes que, simplemente, son irrealizables. Ante las dificultades políticas de introducir estas medidas, que, además, son altamente impopulares, o ante las dificultades jurídicas, porque exigen en muchos casos vulnerar derechos adquiridos, otros analistas sugieren que los déficits se podrían cubrir con impuestos y otros traslados presupuestales. En realidad, impensable en un país con las dificultades fiscales, como Colombia. Todo el cuadro anterior se agrava por nuestra informalidad laboral que también afecta críticamente la viabilidad de los regímenes de reparto. 

En Colombia, tenemos unos 24 millones de personas económicamente activas, de las cuales 22 tienen una ocupación y otros 2 millones están desempleados. De estos 24 millones de activos, solo 8,4 millones están cotizando a pensiones (a los dos regímenes) lo que implica que la informalidad, definida como los trabajadores que no cotizaron a pensiones en el último mes, sea de un 65 por 9 ciento de la población económicamente activa. Si trasladamos estas cifras a nuestra relación de trabajadores activos a adultos mayores, encontramos que, en lugar de 6.7, solo tenemos dos. Para ser más preciso, en Colombia solo tenemos dos trabajadores cotizando a pensiones por cada adulto mayor de 65 años. 

Esta es la relación que tiene un país de población muy envejecida, como Japón, y es la tasa que, teniendo en cuenta solo la transición demográfica, deberíamos alcanzar hacia el año 2060. 

Es como si la informalidad nos envejeciera prematuramente, pero no con el ingreso per cápita de un país rico, como Japón US$ 40 mil sino con el magro ingreso per cápita que tenemos en la actualidad, que es de unos US$ 8 mil. 

Señor presidente, señoras y señores: 

Las implicaciones de estas cifras que acabo de mencionar son cruciales para la seguridad social de Colombia, porque de ellas se extraen varias conclusiones: 

Primero, un régimen de reparto puro no es viable con la transición demográfica y la informalidad laboral de Colombia; 

Segundo, dicha inviabilidad es estructural, no depende de los regímenes especiales, que, por supuesto agravan la situación de caja de prima media, ni tampoco de la existencia del régimen de ahorro individual. El déficit pensional alcanza este año $38 billones, lo que equivale a más de un 4% del PIB y un tercio de los recaudos de impuestos del gobierno; 

Tercero, más grave que de la situación de caja, del déficit actual, es el valor presente de los déficits futuros, o sea el pasivo pensional del régimen público, que alcanza un 111% del PIB, según el ministerio de hacienda. 

Cuarto, aun subiendo la edad de jubilación, incrementando el monto de las cotizaciones o reduciendo drásticamente los montos de las jubilaciones, el régimen es insostenible. Por ejemplo, aun suponiendo que elimináramos la informalidad y que cotizara al régimen de reparto toda la población económicamente activa, que hoy son 24 millones, habría que subir la tasa de cotización a un 37%, en 2050. Si se mantuviese el porcentaje de informalidad actual, la cotización sería del 105% del salario hacia el mismo año. 

Quinto, además de sus insostenibilidad fiscal, estudios académicos y documentos del Ministerio de Trabajo y del DNP demuestran que el régimen de prima media es altamente inequitativo, con subsidios que se concentran mayormente en el quintil más alto de ingresos y una mínima parte en los más bajos salarios.  

En este orden de ideas y recogiendo las experiencias y lecciones que nos enseña nuestra historia y la de otros países, quiero, respetuosamente plantear ahora unos principios generales que podrían guiar una reforma pensional en nuestro país. 

En primer lugar, la discusión debe centrarse en como diseñamos un sistema pensional que incremente la cobertura pensional, que sea equitativo y sostenible en el tiempo. Quiero insistir en que la discusión no puede centrarse en quien administra el sistema. Al final del día, se verá que, como en otros países, la administración del sistema pensional deberá ser compartida entre administradores públicos y privados. En este sentido, queremos enfatizar que nunca hemos argumentado el cierre de la administradora pública, Colpensiones, como nos acusan algunos. 

Segundo, Colombia debería tener un solo sistema pensional, con diferentes pilares, y, por lo tanto, tenemos que acabar la coexistencia de dos regímenes contributivos que, en lugar de complementarse, compiten uno con otro y dan lugar a arbitrajes que favorecen a los sectores de más altos ingresos. 

Tercero, con base en las condiciones demográficas y laborales, las pensiones deben ser proporcionales a lo que cada trabajador ha cotizado durante su vida laboral. Esto implica el fin del llamado beneficio definido y el paso a un sistema de cuentas individuales. El actual gobierno dio un paso muy importante en esa dirección al decidir que el nuevo esquema para los riesgos de la vejez de la población de bajos ingresos, los BEPS, sea un régimen de cuentas individuales. Esta es la política que han adoptado los países con mejor seguridad social del 12 mundo, como Dinamarca, Australia o Suecia. En forma semejante, países que mantienen el sistema de reparto, como Alemania, en la práctica han eliminado el beneficio definido al ajustar los montos de las pensiones con la disponibilidad de los recursos. 

[el cuarto punto se refundió!]

Quinto, el régimen contributivo de cuentas individuales debería ser de capitalización, por dos razones. En primer lugar, porque Colombia tiene una baja tasa de ahorro, que se sitúa tan solo en un 19% del PIB. En países con altísimas tasas de ahorro, como Suecia o China, el premio Nobel de economía, Peter Diamond, argumenta que las cotizaciones no requieren ser ahorradas y pueden legítimamente financiar las pensiones de los jubilados actuales. En segundo lugar, la capitalización se justifica para proveer una mayor devolución de saldos a quienes no alcanzan a jubilarse, y así obtener un BEP de mayor valor, acabando la penalización de los afiliados al régimen de prima media, a quienes se les devuelve sus cotizaciones ajustadas solo por la inflación. 

Sexto, debe existir un pilar solidario no contributivo, para los colombianos con discapacidad y para los de muy bajos ingresos, financiado con el presupuesto nacional que, idealmente, debería cubrir la línea de pobreza extrema. El actual programa Colombia Mayor es ya una base sólida sobre la cual cimentar dicho pilar solidario. 

Séptimo, la reforma pensional deberá respetar los derechos adquiridos de los actuales pensionados y las expectativas legítimas de quienes están próximos a jubilarse, lo que implicará, necesariamente, una nueva transición a partir del momento de su entrada en vigencia. 

Octavo, Colombia necesita con urgencia una política para reducir drásticamente la informalidad laboral y, por eso, seguiremos insistiendo en que la mejor reforma pensional deberá ir acompañada de una reforma laboral que permita cotizar a muchos más colombianos a la seguridad social. Con solo ajuste paramétricos, será imposible incrementar la cobertura pensional más allá del 25%, que logra el RAIS, en parte con el Fondo de Garantía de Pensión Mínima, mientras la cobertura esperada de prima media es de tan solo un 10%. 

Noveno, la política de seguridad social en pensiones y en salud tiene que estar atenta a los cambios que la globalización, las tecnologías de la información y la robotización están ocasionando en los mercados laborales de todo el mundo. Debemos prestar particular atención, a los comportamientos y actitudes de los llamados Millennials, quienes son independientes, migran constantemente de un trabajo a otro, sin prestar mucha atención a su futuro. Estos grupos poblacionales deberán ser particularmente conscientes del principio que, en el siglo XVIII, introdujeron los sacerdotes presbiterianos que crearon el primer sistema pensional, en el sentido de que, a nivel individual el goce de un beneficio debe estar atado a la responsabilidad de un ahorro a lo largo de la vida laboral. 

Señor presidente, señoras y señores: 

Al reiterarle nuestra gratitud por su presencia en este décimo Congreso FIAPASOFONDOS, queremos insistir en nuestra voluntad para ayudar a mejorar el sistema de seguridad social en pensiones, con un espíritu en donde prime el debate sereno, se reconozca la diferencia, se discuta con base en estudios y en cifras sustentadas, se recojan los aportes de los mejores académicos del país y del exterior, y se dejen a un lado las preconcepciones, la ideología, la politiquería y el ataque personal. 

En este y en tantos otros temas, los colombianos tenemos que lograr acuerdos y dejar atrás la polarización y la crispación que tanto daño nos han ocasionado. Debemos adoptar la mirada del observador imparcial, que sugirió Amartya Sen en su libro sobre la justicia, un observador que ve desde la distancia, no solo el presente inmediato sino también el plazo largo. Ese observador imparcial constatará que nuestro país ha progresado en todos los órdenes. Ese observador imparcial certificará que ese progreso material no hubiese sido posible sin un conjunto de entidades públicas y privadas que han resistido a la violencia, al narcotráfico, a la intolerancia, en un país con una geografía indómita, y en una región de innumerables gobiernos populistas, cuando no de dictadores y caudillos. Ese observador imparcial anotará que, desde los albores de la república, hemos tenido unas instituciones republicanas, con gobiernos civilistas, que llegaron al poder por medio de procesos electorales y que hicieron un uso limitado del poder. 

Con no pocas dificultades, fuimos capaces de construir un contrato social que acepta que el poder debe tener límites en el espacio y el tiempo, que los gobiernos se cambian por métodos pacíficos y por reglas preestablecidas, que nadie puede ser sancionado por sus ideas y que la economía privada funciona con base en la confianza de normas estables y predecibles. Ese observador imparcial quizá nos diga que ese contrato social está bien sustentado, pero que podemos mejorarlo aún más si recordamos la visión de Edmund Burke en sus Reflexiones sobre la Revolución en Francia. Porque Burke, en este libro inigualable, reconoció que la sociedad es, efectivamente, un contrato, pero no solo es un contrato entre los que están vivos; es también un contrato entre los vivos y los que ya están muertos, pero, sobre todo, es un contrato entre los vivos y los que todavía no han nacido. 

Cuando reflexionamos sobre las políticas para ajustar nuestro sistema pensional estamos tomando decisiones que afectan, no solo a los colombianos de hoy, sino a los jóvenes, a los niños y a quienes no han abierto aún sus ojos en esta tierra. Por nuestros hijos, por nuestros nietos y por todos los que vendrán después, tenemos la obligación de ajustar este contrato social y adoptar esta tarea con prontitud y con la mayor responsabilidad. 

Muchas gracias.


2017/12/01

Asofondos manipula gráficas de esperanza de vida.

Al lector le recomiendo un librito, How to Lie with Statistics, ("Cómo mentir con estadísticas"). Tiene un capítulo dedicado a cómo se puede manipular las gráficas para que unos datos parezcan muy dramáticos, escogiendo un rango de la escala vertical y estirando.






Asofondos y ANIF, para convencernos de la necesidad de aumentar la edad de la jubilación, manipula gráficas para que no advirtamos la magnitud exacta del cambio en la esperanza de vida, tanto al esperanza de vida al nacer, como la esperanza de vida en edades avanzadas (parámetro de mucho mayor relevancia).

[Añadido: para mostrar por qué la esperanza de vida al nacer no es relevante, pues puede haber crecido sin causar riesgo pensional, copio fragmento de artículo anterior del blog.

Por el contrario, ahora que unos niños no murieron y pudieron llegar a la adultez y trabajar, podrán aportar cotizaciones e impuestos, ayudando así sus mayores pensionados].

Aquí muestro esas gráficas amañadas de Asofondos/ANIF y les hago disección; hacen parte de la presentación "Ajustes urgentes a los regímenes de reparto en pensiones", Seminario temático Anif – Asofondos, Club El Nogal, Bogotá, Colombia, Noviembre 11 2015.






Añadí las líneas verdes para marcar el valor de la esperanza de vida en 1970-1975 (62) y en 2050-2055 (81), además de la actual (72.9). 


1970-1975 2010-2015 2045-2050
Expectativa
vida al nacer
62 72,9 81
Incremento 72,9-62=10,9 81-72,9=8,1

Sí, la esperanza de vida al nacer se ha incrementado grandemente. Pero como antes vimos, lo que mporta saber para el asunto de riesgo de longevidad pensional es si nuestros mayores van a vivir más: la esperanza de vida a los 60 / 70 / 80 años.

Para la cohorte de personas que hoy (bueno, 2015) tienen 60 años, en promedio, ¿cuántos años más van a vivir? 24,1 años dice la gráfica que usa la misma Asofondos. Los que tenían 60 años en 1975, ¿cuánto más vivieron en promedio? 16,7 años.  


La verdad, resulta un poco extraño que parezca casi recta, pero supongamos que esa fuente de información (1999) es confiable. 

Nótese como, respecto de la gráfica anterior, los de Asofondos  escogieron un rango y estiraron el gráfico en la dimensión vertical-- el viejo truco, para que 16 años de diferencia (30-14) se vean dramáticos.

1970-1975 2010-2015 2050-2055
Expectativa
vida a edad 60
16,7 21,4 25
incremento 21,4-16,7=4,7 25-21,4=3,6

Es entonces evidente que si bien la esperanza de vida a los 60 también ha crecido en esos 40 años, ha crecido bastante menos que la esperanza de vida al nacer: apenas 4 ó 5 años.  Esa población vive más, pero no por mucho.



Todavía más diciente es el análisis del incremento de la expectativa de vida a los 80 años. 



Siguen los datos extraños. Esa comba necesita ser explicada, pero supongamos que está bien. Se nota un nuevo estiramiento: de 9 años ahora (entre los 84 y los 93 años). 
1970-1975 2010-2015 2050-2055
vida a edad 80 6.7 8.6 10,3
incremento 8,6-6,7=1,9 10,3-8,6=1,7

En los últimos 40 años, para alguien que ya tiene 80 años, la esperanza de vida creció menos de dos años, y en los próximos 40 años crecerá menos aún. 


Para ver todo en perspectiva, vamos a poner la información de las tres tablas en el mismo gráfico. Es evidente cómo el incremento, la pendiente de las líneas que muestran la esperanza de vida a los 60 y 80 años, no es tan dramática, y debe llevarnos a cuestionar la razón de ese incremento propuesto de 5 años en edad de pensión



Estas gráficas de Asofondos/ANIF deberían avergonzar a la comunidad de economistas y demógrafos y al público general en Colombia: Asofondos está manipulando las gráficas que usa para que  nos fijemos en aumentos marginales, mientras que la historia es que la longevidad no ha crecido ni crecerá tanto entre las personas mayores.

Si los mayores no viven mucho más, ¿cómo pueden justificar el que la edad de jubilación se deba elevar 5 años, además de lo que ya se ha elevado desde la ley 100? ¿cómo es que ANIF describe la bomba pensional que se viene, explicando que una mesada de 25 años va a valer 200 millones de pesos, cuando para la población en general que tiene 60 años, el promedio de años de vida que le queda es de 21,4? 

Sergio Fajardo, candidato presidencial, PhD en Matemáticas, creo que los colombianos podemos sumar y restar, y entender un argumento: no se limite a repetir el libreto de ANIF Asofondos.